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Crisis de los misiles de Cuba

La mayor confrontación entre los Estados Unidos y la Unión Soviética no se dio en Europa, sino en el Caribe. Tuvo lugar durante la llamada "crisis de los misiles" en Cuba, en octubre de 1962.
Los protagonistas
Cuba había sido un país estrechamente ligado a los intereses norteamericanos desde su independencia de España en 1898. La revolución de Fidel Castro en 1959, que derribó al régimen dictatorial de Fulgencio Batista, en un principio no se definía como comunista, pero tenía una clara orientación nacionalista que perjudicaban los intereses norteamericanos en la isla, con unas pérdidas de más de 1000 millones de dólares.
El presidente Eisenhower bloquea económicamente a Cuba, apoya a los contrarrevolucionarios, filtra espías, quema de cañaverales y hasta se planea invadir el país, proyecto que se llevará a la próxima administración.
El régimen de Fidel Castro ya era una realidad cuando asumió Kennedy la presidencia en 1961 y la cuestión en Cuba era considerada vital para la seguridad nacional, y amenazaba con exportar la revolución a América Latina y a otros países del tercer mundo.
Al bloqueo económico y ruptura de relaciones de Estados Unidos, Cuba responde con un acercamiento de relaciones con la URSS.

INVASIÓN A LA BAHÍA DE COCHINOS
Los planes de invasión a Cuba no permanecieron en secreto y contaba con tropas de cubanos autoexiliados, entrenados, financiados y dirigidos por la CIA de los Estados Unidos.
Entrenamiento de la CIA
 a los cubanos
Mapa de Bahía de Cochinos
La idea era  tomar la playa, formar un gobierno provisional y buscar el apoyo de la OEA  para ser reconocidos por la comunidad internacional. 
Algunos integrantes del gobierno de Kennedy no estaban totalmente de acuerdo en seguir un plan de invasión que venía del gobierno anterior, pero la CIA le prometía al flamante presidente que la victoria era segura. Kennedy, si bien era firme en detener el avance del comunismo en Europa y América, había expresado tan sólo tres días antes de que las fuerzas armadas de los EE.UU. no intervendrían en Cuba.

A último momento se dispuso un cambio del lugar de desembarco, para alejarlo de zonas pobladas, y se eligió la llamada “Bahía de los Cochinos”, en las cercanías de las Sierras de Escambray. Al parecer, es posible que la fuerza expedicionaria anticastrista estuviera infiltrada por agentes del gobierno de Castro y que éste conociera el lugar y el momento del ataque. Aunque algunos viejos bombarderos B-36 de la segunda guerra mundial atacaron dos días antes algunas bases de la fuerza aérea cubana no lograron afectarla, por cuanto al parecer el gobierno castrista ya había dispersado sus aviones.
El desembarco en Bahía de Cochinos se realizó entre el 15 y 17 abril de 1961, más de 1500 hombres, con ocho bombarderos y un carguero; pero resultó ser un sangriento fracaso. Dos buques con importantes pertrechos, fueron hundidos por los aviones castristas, antes de llegar. El lugar escogido para el desembarco resultó ser un terreno sumamente pantanoso, y era prácticamente imposible desplazarse hacia el interior. La decisión del Presidente Kennedy de no enviar una segunda misión de apoyo aéreo, los dejó a merced de los aviones castristas. Pero la invasión fracasó en menos de 72 horas, fue completamente aplastada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba. La desventaja en armas y hombres de los invasores era evidente, agravado por la no ayuda de Estados Unidos.
Más de un centenar de invasores murieron, y los cubanos capturaron a otros 1.200, junto con importante material bélico. Fueron juzgados y condenados a prisión por el gobierno cubano, aunque algunos ex oficiales de la policía de Batista fueron condenados a muerte y ejecutados. Los sobrevivientes fueron canjeados a cambio de 53 millones de dólares en forma de alimentos, medicinas y tractores. Cuando los sobrevivientes llegaron a EE.UU, fueron recibidos y homenajeados por el presidente Kennedy.
Prisioneros en Bahía de Cochinos
Políticamente, el ataque fue para Fidel Castro mucho más exitoso que su triunfo militar, mientras que Kennedy se encontró en una posición diplomática muy difícil, se lo consideró el responsable de la derrota por la negativa de prestar apoyo aéreo a los invasores.
Fidel Castro, aprovechó esta victoria para reconocer abiertamente que era marxista-leninista y de que siempre lo había sido; e inició un abierto acercamiento hacia la U.R.S.S.  en busca de apoyo militar, y financiero, a través de subsidios de unos 400 mil millones de dólares al año, además de la compra soviética de azúcar cubana y la venta de petróleo barato. 
El proyecto de invasión heredado de la administración Eisenhower fue un trago amargo que debió beber Kennedy quien  se vio obligado a respetar la independencia cubana resguardada por la URSS. No obstante, Kennedy hizo claras advertencias sobre cualquier intervención militar extranjera en la isla. Estas advertencias y los sucesos posteriores desencadenarían la crisis de los misiles de octubre en 1962.

CRISIS DE LOS MISILES
Desde hacía varios meses del año de 1962 algunos congresistas norteamericanos, varios exiliados cubanos y diversos medios de comunicación informaban de que la URSS ha enviado numerosos consejeros militares a Cuba y de que se estaban instalando en la isla proyectiles balísticos de alcance medio, preparados para un ataque superficie-superficie. Kennedy dejó muy clara su posición tanto en las charlas privadas como en sus manifestaciones públicas: "Si los preparativos comunistas en Cuba, en cualquier instante y de cualquier manera, fueran a poner en peligro nuestra seguridad, o si Cuba llegara a convertirse algún día en una base militar ofensiva de posibilidades importantes para la URSS, entonces nuestro país haría cuanto fuera preciso para proteger su propia seguridad y la de sus aliados". 

Alcance de los misiles rusos
Las posibles razones que llevaron a la URSS a construir las rampas para misiles de alcance medio en Cuba era para defender a la isla, en un momento en que parecía que EEUU estaba planeando una segunda invasión ya que se había detectado la movilización de los reservistas y la marina acababa de terminar maniobras en el Caribe.
Para restablecer el equilibrio estratégico entre ambas superpotencias, aumentando la capacidad defensiva de todo el bloque socialista, sobre todo en un contexto en que la URSS estaba escasamente provisto de misiles intercontinentales (de largo alcance); y para responder a la instalación de los misiles de alcance medio en las bases de la OTAN en Turquía, instalando misiles en Cuba
Kennedy, para mantenerse informado, autoriza los vuelos de los aviones-espía U-2 sobre la isla. El mal tiempo demora el despegue del aparato hasta el 14 de octubre. Esa misma noche se revelan los rollos de película fotográfica, analizados milimétricamente por los expertos durante todo el lunes día 15. Entre las 8 y las 10 de la noche, los altos cargos de la CIA son informados de que hay indicios suficientes para creer que en el área de San Cristóbal se ha instalado una base de proyectiles de medio alcance.
Aviones espías U 2
Un Comité Ejecutivo Nacional (EXCOM) formado dentro del Consejo Nacional de Seguridad, integrado por hombres de distintas posiciones (representando al Departamento de Estado, al Departamento de Defensa, al Pentágono, al Departamento de Justicia) se reúnen por primera vez ese martes 16 de octubre a las 11:45 de la mañana. En la sala se muestran las fotos de los misiles soviéticos de medio alcance. Unos misiles con un radio de acción de más de 2.000 kilómetros, que amenazan una buena parte de la superficie de Estados Unidos. Se estima que entre 16 y 24 proyectiles-cohete estarán en situación operacional en pocas semanas.
Los servicios de inteligencia norteamericanos calculaban que en Cuba  había unos 43.000 soldados soviéticos con equipamiento sofisticado. La división de cohetes se dividía en 5 regimientos acompañados por otros cuatro de infantería motorizada. La Fuerza Aérea contaba con un regimiento de caza, uno de 6 bombarderos ligeros (con una bomba atómica por avión de 6 kilotones), dos regimientos de cohetes tierra-tierra con ojivas nucleares. Una carga total de 67,5 megatones, equivalentes a 5.198 bombas de Hiroshima. La defensa antiaérea tenía dos divisiones con cohetes tierra-aire. La fuerza naval tenía una brigada de lanchas con cohetes, un regimiento de cohetes tierra-mar, un regimiento de bombarderos tácticos IL-28 y siete submarinos diesel con tres cohetes y cuatro torpedos nucleares, con ojivas de entre 8 y 10 kilotones.


El presidente Kennedy y sus consejeros discutieron sobre cómo responder. Las sugerencias iban desde la pasividad, hasta la invasión inmediata. El presidente optó por un bloqueo, al que se sumó la Organización de Estados Americanos (OEA).
El 22 de octubre, el presidente explicó la situación por televisión:"He ordenado a las fuerzas armadas que se preparen para cualquier eventualidad". El mensaje estaba claro y el mundo se preparaba para la guerra. Al día siguiente saldría Fidel Castro en televisión a explicar el derecho a la defensa de la isla.
Kruschev no desafió el bloqueo, pero al principio se negó a desmantelar el armamento que ya estaba en la isla. La confrontación se intensificó: 200.000 soldados norteamericanos se concentraron en Florida y un piloto que realizaba un vuelo de reconocimiento sobre Cuba fue derribado y muerto. Fue la única víctima.
La crisis se resolvería de una forma “poco tradicional”, a través de un acuerdo secreto. En  la solución jugaron un papel fundamental el intercambio epistolar entre Kennedy y Kruschev (las dos cartas de Kruschev y la respuesta de Kennedy), en ellas se resuelve:
-EE.UU se compromete a no invadir a Cuba, a levantar el bloqueo naval a la isla; y secretamente a retirar los misiles en Turquía.
-La URSS, a su vez se compromete a desmantelar las rampas con misiles ya instaladas en Cuba.

En occidente se considera triunfador a Kennedy en contrapartida a la humillación sufrida en Bahía de Cochinos. Su desarrollo y desenlace habrían de proporcionar al presidente de Estados Unidos una victoria histórica y un inusitado prestigio internacional
Para los comunistas chinos que aspiraban al liderazgo del comunismo mundial el desenlace de la crisis de los misiles fue vista por Pekín como una renuncia a la doctrina tradicional y una claudicación ante el imperialismo que dejaba por su cuenta a Cuba.
Para Cuba fue el reconocimiento de su estatus y la proyección internacional de la figura de Fidel Castro.
Para Norteamérica por primera vez se toma conciencia de la posibilidad de un conflicto en suelo norteamericano.
A partir de esta crisis hay una toma de conciencia mundial sobre una catástrofe nuclear, se movilizan los pacifistas se forman grupos civiles antinucleares especialmente en Europa occidental.

En 1963 EE.UU, la U.R.S.S y Gran Bretaña firman el Tratado para la Proscripción Limitada de Ensayos Nucleares en el que se prohiben ensayos nucleares en la atmósfera.

LA REACCIÓN DE CUBA
Para el gobierno de Cuba, la actitud soviética resultó un hecho frustrante, pues no tuvo en cuenta sus condiciones para la retirada de los cohetes ni se incluyó a Fidel Castro como firmante del pacto, sin olvidar que la propuesta de poner misiles nunca fue pedida por los cubanos. Esto provocó que por un tiempo las relaciones de la Habana y Moscú se enfriaran. Fidel Castro no sólo le dio un frío recibimiento a Anastas Mikoyan, encargado de relaciones exteriores de la URSS, cuando este visitó Cuba poco después de la crisis, sino que respondió a la política soviética de distensión, incentivando grupos armados en toda América Latina, y en diversos países de Africa. La Habana condenó la política reformista de los Partidos Comunistas mucho de los cuales se fragmentaron en grupos de "prosoviéticos" y "procastristas". Estas divergencias se extendieron hasta principios de los de los setenta.
Cuba inició realmente la mejoría sus relaciones con la URSS a partir de dos hechos, la muerte de Guevara en Bolivia (1967) y la defensa pública hecha por Castro de la entrada de los tanques soviéticos en Praga (1968).
Para los exiliados cubanos en Estados Unidos, el pacto entre Kennedy y Kruschev, tampoco resultó muy bien recibido, ya que se interpretó como la entrega oficial de Cuba al imperialismo soviético

EL TELÉFONO ROJO
La expresión teléfono rojo designa una línea de comunicación directa establecida entre los Estados Unidos y la Unión Soviética después de la crisis de los misiles.
Esta denominación es un recurso léxico inventado y popularizado por los medios de comunicación, ya que la línea, en realidad, era una línea de teletipo, por ser una conversación por escrito menos ambigua que por teléfono; de todas formas, posteriormente se complementaría con una línea telefónica.
Se la suponía de color rojo porque este color simbolizaba urgencia. Al enlazar a la Casa Blanca y al Kremlin directamente, el teléfono rojo permitió solucionar situaciones conflictivas en las que los bloques antagónicos Oriental y Occidental estuvieron comprometidos durante la guerra fría.
Por supuesto, esta línea estaba encriptada y en realidad no fue un teléfono hasta mediados de los años 70 y lo curioso es que ese teléfono no era rojo.

CONSECUENCIAS DE LA CRISIS
  • Se inicia el desarme, para impedir que nuevas naciones obtengan armas nucleares
  • En lo militar se toma en cuenta la importancia de las armas convencionales y de medios tecnológicos como las fotografías aéreas.
  • Se comprueba que el respeto al espacio rival es inexcusable en las relaciones entre las superpotencias.
  • Se reafirma las condiciones de  Estados Unidos y de la Unión Soviética como líderes de sus respectivos bloques.




Fuentes: http://www.mgar.net/cuba/misiles.htm
             Libro Historia del Mundo Contemporáneo, Antonio Fernández
             Libro Historia del Mundo Actual IV, Editorial Santillana
             Imágenes de Google

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